Guía completa que expone la definición, los tipos y las características principales de los KPIs o Indicadores clave de rendimiento.
Con el paso de los años los KPI se han convertido en un pilar fundamental para seguir, medir y evaluar el desempeño de un proyecto, una empresa u organización. Gracias a su implementación y su uso constante es posible identificar las acciones que favorecen positivamente para alcanzar los objetivos estratégicos, así como también, para reconocer cuáles son las áreas que deben mejorarse. La información recopilada permite tomar decisiones inteligentes que ayuden a definir cuáles serán las acciones correctivas a implementar para lograr alcanzar las metas establecidas.
Los indicadores claves de rendimiento o KPI (Key Performance Indicators) son un conjunto de medidas cuantificables que ayudan a monitorizar los procesos de una empresa, organización o proyecto en relación con sus objetivos estratégicos. El seguimiento de estas medidas permiten evaluar en tiempo real qué factores están incidiendo positivamente para alcanzar los objetivos, así como para identificar las áreas que se deben mejorar.
La función principal de los KPI es evaluar en qué estado se encuentra un determinado proceso. A partir de esa información se tomarán decisiones que impulsen la mejora constante con el fin de alcanzar los objetivos que fueron fijados inicialmente.
En la gestión de proyectos los indicadores claves de rendimiento juegan un papel importante ya que proporcionan información que permite identificar las áreas del proyecto que no están funcionando correctamente, estos parámetros pueden ser la medición del alcance, el tiempo, el presupuesto, la eficiencia o la satisfacción del cliente, entre otros. Los KPI son una herramienta efectiva que pueden ayudarte a mejorar la rentabilidad, aumentar la productividad y acercarte al éxito en tus proyectos.
Como hemos mencionado anteriormente los KPI se encargan de medir los objetivos estratégicos de un proyecto o negocio, siendo fundamentales para determinar si estamos avanzando en la dirección correcta para alcanzar nuestras metas. Por lo tanto, tener unos KPI bien definidos nos va ayudar a tomar decisiones más acertadas que nos acerquen a esa visión de mediano y largo plazo.
En la actualidad, existen dos tipos de KPIs; Primarios y secundarios:
Son indicadores cuantificables que se relacionan directamente con los objetivos estratégicos ya que proporcionan información adicional sobre la rentabilidad y el crecimiento de la empresa o el proyecto. Se consideran como un imprescindible al momento de tomar decisiones tácticas ya que gracias a ellos es posible distinguir si vamos en la dirección correcta o por el contrario, vamos en contravía de los objetivos establecidos.
Son los indicadores de apoyo que se usan para medir el progreso en áreas más específicas, no son tan relevantes como los primarios, pero pueden ser muy útiles para identificar qué áreas se deben mejorar.
No son lo mismo, aunque ambos se utilizan como una herramienta para medir el rendimiento. No obstante cuentan con algunas diferencias claves:
Son cualquier medida cuantificable que monitoriza y ofrece información adicional sobre una actividad específica. Por ejemplo, el número de visitas de un sitio web, tiempo de respuesta del servicio al cliente, tasa de clics en un anuncio.
Son métricas que miden los objetivos estratégicos que van enfocados en obtener los resultados claves que se quieren alcanzar en el proyecto, organización o empresa.
Las métricas son más generales y suelen usarse para monitorizar el progreso y la eficiencia, en cambio los KPI son más específicos y se utilizan para tomar decisiones estratégicas que favorecen y mejoran la gestión empresarial . Todas las métricas tienen el potencial de ser un KPI, siempre y cuando estén directamente relacionadas con los objetivos estratégicos del proyecto u organización.
Cada KPI es único y va directamente relacionado con los objetivos tácticos que se quieren alcanzar. Para poder definirlos será necesario establecer metas estratégicas a corto, mediano y largo plazo, ya que serán la base para priorizar de manera efectiva los indicadores clave de desempeño. Para ello, toma en cuenta estos 3 aspectos:
Considera cuál es el modelo de negocio de la empresa, cuáles son sus procesos y cómo pueden medirse, qué tipo de productos o servicios ofrece, cuáles son los objetivos estratégicos y que es lo que quieren lograr.
Los KPIs deben conducir a resultados tangibles, es primordial que estén relacionados con las metas del proyecto, estos deben ser objetivos claros, medibles, cuantificables y accionables, es decir, que puedan mejorarse.
Deben estar adaptados a la empresa y a sus objetivos tácticos, no pueden ser muy generales y deben ser fáciles de entender para todos los empleados.
Para que un buen KPI sea efectivo, se recomienda seguir las pautas de la metodología SMART para que contribuya a que sea un indicador clave útil, eficaz y motivador.
Lista de verificación para un buen KPI:
Los indicadores clave de rendimiento pueden ser una de las herramientas más valiosas para medir el éxito de un proyecto, negocio u organización, pero su efectividad va a depender en cómo se definan. Aquí te enumeramos los 4 errores más comunes al seleccionar KPIs:
Los KPI son indicadores clave de rendimiento que actúan como guía para dirigir tu proyecto hacia el éxito, son una herramienta esencial ya que proporcionan datos cuantitativos que evidencian el rendimiento del proceso, permitiendo identificar cuáles han sido las evoluciones positivas o negativas. Por lo tanto, los KPIs te permiten:
Aunque sabemos que los indicadores clave de desempeño juegan un papel fundamental para consolidar el éxito de un proyecto, no son la única ruta a seguir. Actualmente, existen otras alternativas que ofrecen enfoques más específicos y con mejor adaptación dependiendo de las necesidades o el tipo de proyecto.
Es un sistema que se basa en definir objetivos desafiantes aunque realistas y alcanzables. Una de sus características más relevantes es que impulsa a todo el equipo a trabajar en función de lograr un único propósito. Cada OKR se conforma de un objetivo que va dirigido a obtener entre 2 y 5 resultados claves para determinar si se está avanzando hacia ese objetivo.
Por lo tanto, los OKRs ayudan a definir aquellas metas que se desean alcanzar, fomentan la responsabilidad individual y permiten que los equipos se alineen en pro de alcanzar los objetivos del proyecto, facilitando así el trabajo en equipo, optimizando los recursos y promoviendo el compromiso.
Es una herramienta de gestión empresarial que ofrece información global del proyecto. Va alineada con los objetivos tácticos y toma en cuenta 4 perspectivas fundamentales: financiera, clientes, procesos internos, formación y desarrollo. Los cuadros de mando suelen tener entre 15 o 20 indicadores clave de rendimiento (KPI), lo que permite obtener una visión más holística de la evolución del proyecto.
Esta modalidad además de ofrecer una percepción desde diferentes ángulos, también ayuda a identificar las conexiones que existen entre los indicadores, favoreciendo la vinculación de los objetivos tácticos con la estrategia empresarial.
Los indicadores clave de rendimiento son una herramienta esencial para gestionar los proyectos de manera exitosa. Saber definir y elegir un buen KPI te ayuda a tener un seguimiento más efectivo del progreso en función de tus objetivos, a tomar decisiones inteligentes que promueven la mejora en aquellas áreas que presentan dificultades, y además fomentan la alineación de los equipos con la estratégia general de la empresa, así como la motivación y el compromiso de los empleados.
No existe una fórmula única para definir o determinar cuáles son los indicadores que deben implementarse para tener una mayor efectividad, sin embargo, su uso constante te puede ayudar a mejorar el rendimiento de tu proyecto, maximizar el retorno de la inversión (ROI) y aumentar las posibilidades de éxito.
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